lunedì 21 gennaio 2008

Cómo te sientes después de un examen

Luego de casi 2 semanas de largo... bueno de un poco empeñado estudio del curso de Giornalismo (Periodismo) 2 meses para un libro y 3 días y una noche para otro, llegó el día del examen. Han pasado tan solo 20 minutos desde que salí de aquel salón (146 para los sapos que aguantan saber todo) escribiendo desde la BIBLIOTECA de mi universidad IULM (h) sentado al lado de un tipo que no hace más que ver películas a alto volumen mientras que los demás intentan entender algo de los libros que leen para sus respectivos exámenes, puedo decir que el mio no fue como me lo esperaba, y acabo como tampoco me lo esperaba.

Cuando el profesor piso un pié en el aula, seguido de sus asistentes, me dije basta de estudiar. Guardé humildemente mi libro y saqué mi lapicero presto para realizar mi prueba. Minutos después el profe tomó la palabra y dió las indicaciones de resolución del examen. Creo que fue bien claro diciendo: nada de divagaciones ni floreo. Las hojas iban llegando a cada uno de nosotros ansiosos ,nerviosos y desesperados para que ya acabara este martirio.

Los primeros 10 minutos fueron de pánico total. No comprendía ninguna de las preguntas que leía a través de la hoja. Miraba a mis costados... y me di cuenta que no era el único. Y derrepente alguien se alzó, muy valiente él, pero luego me corregí y lo denominé cobarde luego que dejará su examen en el pupitre del profe y abandonara el lonsa. Así mismo lo hizo otro tipo, muy narizón por cierto, jejeje.

Luego de ver tanto acto bochornoso, me decidí y me concentré en mi examen. Por dónde empezar si no entiendes lo que te preguntan... analizando y releyendo las preguntas a veces se te vienen cosas a la cabeza. Y eso fue lo que pasó escribí y escribí, pero sin llegar lejos, arrivé a la mitad de la página. Viendo a mi costado me percaté, que si bien mis compañeros se encontraban en mi misma situación de incompresión, ya iban en la siguente cara. Tal vez mi italiano no sea tan aventajado, ni florero, pero breve y consistente sí. Respondía mientras el minutero avanzaba, hasta que ya no sabía que escribir. E infringí una de las reglas del examen. Divagué.

Y es entonces que así concluí mi prueba. Asustado por mi resultado, lo único que se me ocurrió fue describir las sensaciones que experimentado dentro y fuera, antes y después del hecho. Lo que me pregunto es si en realidad escribo para mi o para ustedes lectores. Me dirijo a ustedes pero creo que ese ya será otro tema que trataré más adelante.

Me despido tranquilamente, aunque sé que nadie lee este blog y nos vemos en la próxima.

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